Al
principio los alumnos plantean el estudio y el instituto como algo negativo, y
los profesores creen que la culpa de todo ello es del sistema. Se toman el
programa como algo divertido e interesante porque pierdes clase, progresivamente
esta visión iba cambiando ya que veían que con los ejercicios “te abrías” a los
demás.
La
escuela debería dar una formación para la vida, para eso hace falta de recursos
para vivir, entender quién eres, quererte…
Cada
vez el grupo está más unido, se expresan y es todo más emotivo, en la primera
sesión donde se hacían actividades realizaron, cambios de roles para empatizar
con los demás, el siguiente día, ataron a todos con una tela y para poder salir
tenían que decir una cualidad de cada uno de ellos para poder y saliendo.
En
otra sesión tenían que decir un momento donde fueron felices con un familiar
que ya no está, este día, fue cuando más se emocionaron y abrieron.
Todas
las sesiones posteriores trataban de que desahogarse, de tratar temas que
tenían escondidos dentro de ellos, siempre estaba con las emociones a flor de
piel.
Lo que más me emocionó fue como el chico con
tan solo 16 años puedo liberarse y mostrar su orientación sexual, ya que,
aunque la sociedad quiere dárselas de muy liberal no es para nada así, en
general aún sigue siendo muy tabú.
La
obra de teatro que realizaron fue algo rompedor para el final, exponiendo
muchas situaciones de discriminación, de situaciones duras, y animando a los
demás espectadores a que se abran y que nunca van a estar solos.
Recomiendo
100% este documental a cualquier docente y sobre todo, a cualquier persona,
como ponerse en la piel de la otra persona no es tan difícil y que hay ver más
allá de lo que vemos.
Un
taller así debería de estar en todos los niveles educativos, y en todos los
ámbitos, ya sean directamente en la escuela o un taller familia/escuela. En
muchos casos las personas nos retenemos de no decir cómo nos sentimos por qué
dirán, pero sobre todo, por qué dirán nuestra familia y no hacer daño, pese,
que nos destroce por dentro de a nosotros.
Creo
que también nos podemos encontrar que como al principio pensaban los
protagonistas, las familias y alumnos lo vean como una pérdida de clase y de
tiempo, pero no es así, ya que muchas veces nos abrimos más con desconocidos
que no nos van a juzgar o nos den más igual su opinión que con gente cercana.
Por
lo tanto, me remito a lo anterior, este documental debería difundirse y
aplicarlo en muchos ámbitos tanto educativos como personales.
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